AUTOR: MARISA OVIEDO. PROFESORA HABILIDADES EXECUTIVE EDUCACIÓN ESIC BUSINESS & MARKETING SCHOOL
Liderar con Inteligencia Emocional implica tener desarrollada una serie de competencias: Comunicar con impacto, Escuchar, ser Empático, ser Asertivo, buena Autogestión, Autoconocimiento, Autoconfianza…
Te propongo centrarnos en 3 competencias imprescindibles para liderar a tu equipo con Inteligencia Emocional:
1. SER UN LÍDER INSPIRADOR
Cuando un buen líder inspira a otros significa que no sólo es capaz de motivarles o transmitirles entusiasmo acerca de una tarea o un objetivo sino que también tiene capacidad para influir en otros para que perciban la realidad de otra manera o para convencerles de que son capaces de hacer cosas que ni ellos mismos creían que podían hacer.
Los líderes inspiradores:
- Usan las emociones con frecuencia, expresando reconocimiento y conectando con sus colaboradores.
- Fijan objetivos ambiciosos y realistas con los miembros de su equipo.
- Son muy comunicativos con sus colaboradores estableciendo mecanismos para recibir feedback sobre cómo las personas reaccionan a su comunicación.
- Delegan tareas con la idea de desarrollar profesionalmente a otras personas.
- Establecen un plan personal de desarrollo.
- Involucran a sus colaboradores en la toma de decisiones de temas relevantes.
- Son ejemplo para el equipo.
- Inician los cambios oportunos para conseguir mejores resultados.
La inspiración es muy contagiosa. Somos muy influenciables, tanto negativamente como positivamente, por las emociones de las personas que están en nuestro entorno.
Un Líder con Inteligencia Emocional tiene la capacidad de contagiar emociones positivas a su equipo.
2. DESARROLLAR A LOS AGENTES
Esta capacidad supone dedicar tiempo y esfuerzo al desarrollo de las habilidades de los demás.
Los líderes que reconocen las necesidades de desarrollo de sus colaboradores les ayudan en esa evolución proporcionándoles la formación adecuada, el apoyo como tutores y el feedback concreto acerca de su desempeño.
El feedbak es la herramienta idónea para conseguir el despliegue del potencial de los colaboradores. Esta herramienta de comunicación debe centrarse en las acciones del profesional y no en su forma de ser.
Por ejemplo, no es lo mismo decir que “eres un desordenado con tu agenda de trabajo” que “has sido muy desordenado esta semana con tu agenda de trabajo”. En el primer caso, estamos hablando de algo inherente a la persona y que es constante en el pasado, presente y que hay muchas posibilidades de que también lo sea en el futuro. En el segundo caso, estamos hablando de un hecho puntual y que fácilmente se puede cambiar, “soy desordenado con mi agenda esta semana pero la próxima semana puedo ser mucho más organizado”.
Cuando hablamos del “ser” el feedback adquiere connotaciones más negativas y proporciona la excusa perfecta para que la otra persona no cambie “es mi forma de trabajar”. Cuando aludimos a comportamientos específicos se aumentan las probabilidades de cambio.
El feedback siempre debe tener un enfoque positivo, dirigido hacia un comportamiento específico con un objetivo de aprendizaje.
Los Líderes con Inteligencia Emocional destacan en esta competencia siendo capaces de obtener el máximo partido de los demás, aprovechando sus talentos, potencialidad y diversidad.
3. PROMOVER CAMBIOS
El Líder con Inteligencia Emocional tiene la capacidad de reconocer la necesidad de un cambio, de proponerlo, iniciarlo y también gestionarlo.
Cuestiona lo establecido y posee una actitud crítica que le permite ver la necesidad de realizar modificaciones en el entorno
El Líder que tiene la capacidad de promover cambios suele mostrar competencias como iniciativa, autoconfianza, capacidad de influencia y optimismo. Muestran una actitud positiva y perseverante que favorecerá su insistencia en la comunicación de las ventajas de cambio.
Liderar con Inteligencia Emocional supone esfuerzo y tiempo que repercutirá directamente en el desarrollo de la capacidad comercial de nuestros agentes.
Merece la pena autoevaluar regularmente nuestra capacidad de Liderazgo y formarnos para desplegar todo nuestro potencial como Líderes con Inteligencia Emocional.
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