A estas alturas es innegable que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus va a tener una dimensión histórica… y generalizada.
Todos los sectores económicos están intentando adaptarse a la realidad y a la ‘nueva normalidad’ que se avecina. Unos cambios que también han llegado a las tasaciones de viviendas y que, a corto plazo, podrían frenar la concesión de hipotecas a los clientes con menos ahorros.
El Banco de España, consciente de que el covid-19 iba a provocar un parón de las transacciones inmobiliarias, envió el pasado 20 de abril una carta a las principales asociaciones de tasadoras del país en la que advertía de la dificultad de establecer un precio de mercado correcto por el estado de alarma y ante la posible caída del precio de la vivienda en los próximos meses.
Por ello, en la misiva recomendó a las tasadoras el uso de técnicas de valoración alternativas al tradicional método de comparación, que está regulado por el supervisor y establece que una tasadora debe comparar una vivienda al menos con otras seis comparables para poder calcular su valor. Uno de los nuevos métodos que se está usando a petición del Banco de España es el ‘método de actualización de rentas’, que consiste en obtener el valor del inmueble en base a las rentas del alquiler, aplicando cálculos a futuro como cuánto tiempo podría estar alquilada la vivienda y con qué renta.
Lo que implica reforzar el criterio de prudencia a la hora de conceder hipotecas por el que el sector financiero ha apostado en los últimos años para no repetir los errores cometidos durante el boom inmobiliario. Tomando cautelas adicionales a las habituales a la hora de estudiar solicitudes de crédito con garantía hipotecaria inmobiliaria, dado el altísimo nivel de incertidumbre en el que nos encontramos.
En cualquier caso, los datos de mercado apuntan a que el precio de la vivienda tasada es ya de por sí inferior al precio de las viviendas vendidas. Según los datos de Tinsa, a cierre del primer trimestre el precio del m2 estaba en 1.383 euros, frente a los 1.440 euros/m2 que recogen las estadísticas del Consejo General del Notariado para el mismo periodo. Solo en los últimos ocho trimestres, la vivienda tasada está un 5,8% por debajo del precio de las viviendas transaccionadas, lo que se traduce en unos 83 euros/m2 de diferencia.
De esta manera, al comprador no le queda otra que rascarse el bolsillo y aportar la diferencia, o intentar negociar a la baja el precio de compra para que se acerque más al valor de tasación.